Las hipotecas verdes (también llamadas sostenibles o ecológicas) prometen financiación con mejores condiciones para viviendas eficientes. Sin embargo, en 2025 siguen sin consolidarse en el mercado español. A continuación, analizamos las barreras que frenan su crecimiento y qué cambios podrían hacerlas más atractivas.
Aunque ofrecen reducciones de interés —entre 0,10 % y 0,30 %—en muchos casos estas bonificaciones no compensan la inversión exigida en mejoras energéticas. Algunos comparadores incluso señalan que las hipotecas verdes pueden salir más caras que las convencionales, dificultando su adopción.
Una parte significativa de los compradores ignora que existen hipotecas verdes. Los datos muestran que apenas el 20–30 % de los españoles sabe que este tipo de financiación está disponible, y solo un pequeño porcentaje valora contratarla. Esto limita su volumen de contratación.
Para acceder a una hipoteca verde, la vivienda debe tener certificado energético A o B, o mejorarse notablemente (al menos un 30 % en eficiencia). Dado que solo un porcentaje reducido del parque residencial cumple estos requisitos, el público potencial es muy limitado. Además, no todas las entidades las comercializan de forma visible.
Los principales beneficios de una hipoteca verde incluyen:
No obstante, muchos consumidores no perciben estas ventajas como claras o suficientes frente a hipotecas tradicionales.
Algunas propuestas que podrían fomentar su uso incluyen:
Las hipotecas verdes aún no han despegado en España por una combinación de incentivos débiles, escasa oferta, requisitos restrictivos y bajo conocimiento entre compradores. Para que esta modalidad gane peso, es necesario mejorar la propuesta financiera y comunicar mejor sus beneficios reales, tanto en el ahorro como en sostenibilidad.
Explora más Consejos, Guías y Noticias en Nuestro Blog