A finales de 2025, el mercado hipotecario español entra en una fase clave de transición. Tras años marcados por subidas rápidas de tipos de interés y un endurecimiento del crédito, 2026 se perfila como un año de mayor estabilidad, aunque con retos importantes para quienes quieran comprar vivienda o mejorar su hipoteca.
Analizar qué está ocurriendo ahora y qué se espera en los próximos meses es fundamental para tomar decisiones informadas.
Uno de los principales factores que condicionan el mercado hipotecario es el Euríbor a 12 meses, referencia mayoritaria de las hipotecas variables en España.
Las previsiones actuales apuntan a que en 2026 el Euríbor podría moverse en un rango relativamente estable, sin grandes sobresaltos, tras los ajustes realizados por el Banco Central Europeo en los últimos años. Este escenario implica:
Aunque no se esperan caídas bruscas, sí se anticipa un entorno más controlado que el vivido en etapas anteriores, lo que devuelve confianza a parte de la demanda.
Mientras los tipos de interés tienden a estabilizarse, los precios de la vivienda siguen siendo uno de los principales desafíos de cara a 2026.
La falta de oferta estructural, especialmente en grandes ciudades y zonas con alta demanda, continúa presionando los precios al alza. Las previsiones más extendidas apuntan a:
Este contexto hace que el precio de compra tenga un impacto incluso mayor que el tipo de interés en el acceso real a la vivienda.
Durante los últimos meses de 2025 se ha observado una reactivación progresiva en la concesión de hipotecas, especialmente en perfiles con buen ahorro y estabilidad laboral.
De cara a 2026, se espera que la banca:
Esto no significa una relajación general de requisitos, pero sí una mayor disposición a negociar condiciones en operaciones bien planteadas.
El escenario que se dibuja para 2026 deja claras varias tendencias:
La búsqueda de estabilidad seguirá impulsando la contratación de hipotecas a tipo fijo y mixto, especialmente en compradores que priorizan previsibilidad de cuota.
Ingresos, ahorro, endeudamiento y estabilidad laboral serán determinantes. El banco valorará cada vez más el conjunto del perfil, no solo el tipo de interés.
La competencia se centrará en perfiles sólidos, con mejores condiciones para quienes lleguen bien preparados al proceso hipotecario.
El comprador medio será más prudente, comparará más y analizará con mayor detalle el coste total de la hipoteca.
El mercado hipotecario en España afronta 2026 con más estabilidad, pero también con mayores exigencias. Un Euríbor más previsible y una banca activa crean un entorno más favorable que en años recientes, aunque el precio de la vivienda y la falta de oferta seguirán condicionando el acceso a la compra.
Para quienes estén valorando comprar vivienda o mejorar su hipoteca, 2026 puede ser un buen año, siempre que se planifique con antelación, se compare correctamente y se analicen las condiciones reales más allá de la cuota mensual.
La clave no estará solo en el tipo de interés, sino en entender el contexto completo del mercado y cómo encaja cada operación dentro de la situación financiera personal.
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