En una compra inmobiliaria, el banco analiza la hipoteca…
pero el comprador debe asumir todos los impuestos y gastos, que no se financian.
En no residentes, una mala previsión fiscal suele ser uno de los principales motivos de bloqueo de la operación.
Los impuestos dependen de si la vivienda es nueva o de segunda mano.
👉 Estos impuestos no se incluyen en la hipoteca y deben pagarse con fondos propios.
Además de los impuestos, hay gastos obligatorios:
De forma orientativa, los gastos suelen representar un 10 %–12 % adicional sobre el precio de compra.
Este punto es clave:
aunque el banco financie el 60 %–70 % del valor, el comprador debe aportar:
Por eso, muchos no residentes necesitan disponer de entre el 40 % y el 50 % del precio total en fondos propios.
Este escenario debe analizarse junto con productos específicos como la hipoteca para no residentes antes de iniciar la compra.
Una vez comprada la vivienda, el no residente debe tener en cuenta:
Estos costes afectan a la rentabilidad y a la capacidad financiera.
Aunque parte de los gastos hipotecarios han cambiado por ley, el no residente suele asumir:
Estos gastos deben integrarse en el cálculo total.
Algunos errores habituales son:
Una mala planificación fiscal puede convertir una buena operación en una mala decisión.
Para evitar problemas:
Simular distintos escenarios ayuda a tomar decisiones con datos. Puedes hacerlo desde las herramientas hipotecarias de hipotecas.me.
La fiscalidad y los gastos son tan importantes como el tipo de interés. Entenderlos desde el inicio evita sorpresas y bloqueos en la financiación.
En hipotecas.me te ayudamos a analizar tu perfil como no residente y a calcular correctamente impuestos, gastos y financiación. Puedes empezar directamente desde nuestra hipoteca para no residentes y avanzar con información clara y realista.
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