Reunificar deudas mediante una hipoteca de refinanciación consiste en agrupar varios préstamos (tarjetas, créditos personales u otras deudas) dentro de la hipoteca, con el objetivo de reducir la cuota mensual.
Al hacerlo, las deudas pasan a pagarse a más largo plazo y con un tipo de interés distinto, normalmente inferior al de los créditos al consumo.
En una refinanciación para reunificar deudas es habitual incluir:
No todas las deudas son siempre aceptadas, y cada banco analiza el conjunto del riesgo.
Entre los principales beneficios se encuentran:
Este alivio financiero puede ser útil en situaciones de sobreendeudamiento, siempre que se entienda el impacto a largo plazo.
Reunificar deudas no es una solución sin costes. Al ampliar el plazo, el importe total de intereses puede aumentar de forma significativa, aunque la cuota sea menor.
Por eso, antes de refinanciar una hipoteca, es fundamental analizar con detalle si la operación mejora realmente la situación o solo aplaza el problema.
Para tomar una decisión informada, conviene calcular el impacto completo de la operación y calcular el coste total de la hipoteca tras la refinanciación, teniendo en cuenta el nuevo plazo, el capital añadido y los intereses.
Este análisis permite ver si la reducción de cuota compensa el incremento del coste a largo plazo.
La refinanciación para reunificar deudas suele valorarse cuando:
Aun así, no es una solución universal y debe estudiarse caso por caso.
Reunificar deudas puede aliviar la presión mensual, pero también aumenta el compromiso a largo plazo. Entender los riesgos y números reales es clave para evitar decisiones que empeoren la situación futura.
Normalmente sí, pero a cambio de pagar durante más años.
Puede serlo si no se controla el gasto posterior o si se alarga demasiado el plazo.
Sí, y es uno de los principales riesgos si no se corrigen los hábitos financieros.

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