¿Qué es una hipoteca mixta y cómo funciona?

Una hipoteca mixta combina dos fases: un periodo inicial a tipo fijo y un periodo posterior a tipo variable. Durante los primeros años pagas una cuota estable; después, la cuota se ajusta normalmente al euríbor más un diferencial.

Fase 1: tipo fijo inicial

En la primera etapa (habitualmente entre 3 y 10 años), la cuota no cambia. Esto aporta tranquilidad y permite planificar gastos con mayor seguridad.

Fase 2: tipo variable

Tras el periodo fijo, la hipoteca pasa a tipo variable. La cuota se revisa periódicamente en función del euríbor y el diferencial pactado.

Hipoteca mixta vs fija y variable

Tipo Ventaja principal Inconveniente
Mixta Equilibrio entre estabilidad inicial y potencial ahorro Incertidumbre futura si suben los tipos
Fija Cuota estable durante toda la vida del préstamo Suele partir de un interés más alto
Variable Cuotas iniciales más bajas Mayor volatilidad e incertidumbre

¿Para quién es recomendable una hipoteca mixta?

  • Si quieres estabilidad al inicio pero no descartas beneficiarte de bajadas futuras.
  • Si prevés amortizar o cambiar de hipoteca a medio plazo.
  • Si tu horizonte de permanencia en la vivienda es medio (y no necesariamente a 30 años).
  • Si tienes ingresos estables y toleras cierta variabilidad en la fase final.

Condiciones habituales de una hipoteca mixta

  • Financiación habitual de hasta el 80% del valor (compra o tasación).
  • Plazos frecuentes entre 20 y 30 años.
  • Periodo fijo inicial entre 3 y 10 años (según entidad).
  • Vinculaciones típicas: nómina, seguros, tarjetas o productos financieros.
  • Comisiones posibles: apertura (si aplica) y amortización anticipada según contrato.

Si quieres estimar el coste de compra (impuestos y gastos), usa nuestra herramienta: Calculadora ITP y gastos →

Preguntas frecuentes sobre hipoteca mixta

Lo más habitual es un tramo fijo de 3 a 10 años. Algunas entidades ofrecen 5, 7 o 10 años como configuraciones frecuentes. Lo relevante es que el plazo fijo encaje con tu estrategia (amortizar, mudarte, subrogar, etc.).

La hipoteca pasa a tipo variable y la cuota se revisa con el índice pactado (normalmente euríbor) más un diferencial. Si el euríbor sube, la cuota puede subir; si baja, puede bajar.

Depende de tu perfil y horizonte. La fija aporta estabilidad total; la mixta puede ofrecer una cuota fija inicial más atractiva y flexibilidad futura, pero introduce incertidumbre en la fase variable.

Compara el tipo del tramo fijo, el diferencial del tramo variable, las comisiones, el coste de las vinculaciones y la flexibilidad para amortizar o subrogar. Para verlo rápido: usa el comparador →

Sí, normalmente puedes cambiar de banco mediante subrogación, aunque dependerá de tus condiciones, del mercado y de las comisiones. Consulta el concepto en el glosario: subrogación →

¿Quieres saber si una hipoteca mixta encaja contigo?

Cada banco aplica criterios distintos según tu perfil, ingresos y vivienda. Si quieres una recomendación basada en tu caso, solicita un estudio gratuito y te ayudamos a comparar con criterio.