Si ya tienes una hipoteca y te preocupa la evolución de los tipos, es normal plantearse cambiar a una hipoteca fija para ganar estabilidad. Existen dos vías habituales para hacerlo: la subrogación y la novación.
En esta guía te explicamos en qué consiste cada opción, sus diferencias, los costes más habituales y cuándo puede tener sentido valorar el cambio.
Muchos titulares se centran en el tipo inicial, pero con el tiempo las prioridades cambian. Pasar a una hipoteca fija suele plantearse para:
Antes de decidir, conviene analizar bien qué alternativa se adapta mejor a tu caso.
La subrogación consiste en cambiar tu hipoteca de banco para mejorar las condiciones, manteniendo la vivienda como garantía.
Al subrogarte:
Puedes ver cómo funciona este proceso en la página de subrogación de hipoteca.
La novación implica renegociar tu hipoteca con el banco actual. No cambias de entidad, pero sí puedes modificar condiciones como el tipo de interés, el plazo o ciertas comisiones.
Esta opción suele ser más sencilla a nivel operativo, aunque no siempre ofrece las mejores condiciones.
La subrogación suele permitir negociar condiciones más competitivas, ya que otros bancos compiten por captar tu hipoteca.
Ambas opciones pueden implicar gastos, aunque dependen del contrato y del momento en que se realice el cambio.
Los costes varían según el caso, pero pueden incluir:
Antes de decidir, conviene calcular si el ahorro en intereses compensa estos gastos iniciales.
Cambiar a una hipoteca fija suele tener más sentido cuando:
En estos casos, el cambio puede ayudarte a planificar mejor tus finanzas.
No siempre cambiar a una hipoteca fija es la mejor opción. Puede no compensar si:
Analizar el contexto completo es clave antes de dar el paso.
Para valorar correctamente el cambio conviene:
Puedes hacerlo desde el comparador de hipotecas, donde verás diferencias reales entre entidades y tipos de préstamo.
Si tras analizar opciones decides que la estabilidad es prioritaria, puedes revisar condiciones orientativas y solicitar un estudio desde la página de hipoteca fija.
Cambiar a una hipoteca fija mediante subrogación o novación puede ser una buena decisión en determinados casos, pero requiere analizar costes, plazo restante y condiciones reales.
Comparar opciones y entender bien las diferencias te ayudará a decidir con criterio y sin prisas.

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