Además del coste de construcción de la vivienda, un proyecto de autopromoción conlleva una serie de gastos e impuestos que es imprescindible tener en cuenta desde el inicio. No contemplarlos correctamente puede generar desviaciones importantes en el presupuesto.
En una hipoteca autopromotor, muchos de estos gastos no están cubiertos por la financiación bancaria y deben afrontarse con ahorro propio.
Los impuestos varían en función de la fase del proyecto y del tipo de operación, pero los más habituales son los siguientes.
El ICIO es un impuesto municipal que se aplica sobre el coste de ejecución material de la obra.
Este impuesto debe abonarse antes o al inicio de la construcción.
En una autopromoción, el IVA se aplica principalmente sobre:
El tipo habitual es del 10 % en vivienda de uso residencial, siempre que se cumplan los requisitos legales.
Los honorarios técnicos son una parte relevante del presupuesto y suelen incluir:
Estos gastos no suelen financiarse con la hipoteca y deben pagarse con recursos propios.
Para poder construir, es necesario obtener una serie de permisos y licencias municipales:
El importe varía según el municipio y el tipo de vivienda.
La hipoteca autopromotor también genera gastos notariales y registrales, como:
Aunque algunos gastos están asumidos por el banco, otros pueden corresponder al autopromotor según la operación.
El banco exige una tasación que tenga en cuenta:
La tasación es un gasto obligatorio y suele oscilar entre 300 € y 600 €, dependiendo del caso.
En general, el banco no financia:
Por este motivo, es fundamental contar con un margen de ahorro adicional para imprevistos.
Una planificación realista de los gastos permite:
Antes de avanzar, conviene revisar cómo encajan estos costes dentro de las condiciones de la
hipoteca autopromotor y si el presupuesto total es asumible.
Tener en cuenta todos estos elementos es esencial para evitar desviaciones y asegurar el éxito del proyecto de autopromoción.

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